¿Cuál es el motivo que anima al CERMI a elaborar esta 'Guía sobre eco inclusión. Las personas con discapacidad como actores de una transición inclusiva, accesible y justa' ?

 

El CERMI considera que debe reforzarse la dimensión inclusiva de la discapacidad en los distintos ámbitos y retos que hacen a la transición social, económica y de gobernanza climática en la que está embarcado el conjunto de los países que conforman la comunidad internacional. 

 

Por otro lado, la emergencia generada por la COVID-19 ha puesto de relieve la interdependencia y común vulnerabilidad que existe entre las personas y los modelos de producción y consumo y las consecuencias negativas que se producen a escala global debido a ello. 

 

Consideramos, por tanto, que se deben crear las condiciones propicias y remover los obstáculos que impiden o dificultan que la población con discapacidad sea un actor importante de la denominada economía. No sólo para favorecer el crecimiento del empleo de las personas con discapacidad sino también para alentar cambios económicos, sociales, ecológicos y culturales que repercutan satisfactoriamente en todo el planeta.

 

¿Quiénes han trabajado en esta publicación y con qué colaboradores ha contado el CERMI?

 

Las organizaciones de la discapacidad, articuladas en torno al CERMI, constituyen una red de transformación social de gran valor, pero también una comunidad de conocimiento. Para poder avanzar en la identificación en toda su dimensión de las aportaciones que el ámbito de la discapacidad tiene para hacer, se han consultado distintas organizaciones y entidades que forman parte del movimiento CERMI. Por otro lado, para alcanzar una visión más integrada de nuestras organizaciones se ha aprovechado el material que ya había elaborado la Comisión de Agenda 2030 del CERMI.

 

Este trabajo forma parte de la estrategia de innovación social, ¿cuál es su principal mensaje u objetivo?

 

El principal mensaje de la Guía es que no podemos hablar de sostenibilidad ambiental sin agregar su dimensión social. Desde el CERMI consideramos fundamental insistir en la idea de asociar entornos y personas de la forma más armónica posible y apostando por un desarrollo equilibrado, cooperativo y simultáneo de lo verde y lo social. 

 

Dada la heterogeneidad de las personas con discapacidad, siempre hay que asumir un enfoque interseccional y lo más amplio posible. Las prioridades de la agenda del tejido asociativo de la discapacidad deben ser tractoras de otras transformaciones necesarias para que el avance en términos medioambientalistas no deje a nadie atrás.  

 

La guía expone y reclama unos derechos, pero a su vez ofrece una cooperación para lograr esa eco inclusión, ¿qué ofrece exactamente el CERMI?

 

El CERMI ofrece su compromiso con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para que la igualdad alcance a todas las personas y grupos, y al mismo tiempo sea una oportunidad para mejorar la situación de los derechos de las personas con discapacidad y sus familias, que se trata de nuestro objetivo prioritario.  

 

El CERMI seguirá llevando a cabo acciones de incidencia política para que los poderes públicos acometan los retos de gran magnitud que España debe enfrentar tales como el aumento de la desigualdad, la emergencia climática, la igualdad de género, la digitalización inclusiva y otros similares. 

 

A su vez, el CERMI ha incorporado a la Estrategia de Desarrollo Sostenible, impulsada por el Gobierno nacional, la visión de la discapacidad como elemento de contribución y también de foco sobre los derechos de las personas con discapacidad, sus familias y las organizaciones representativas, para que tengan el protagonismo y la consideración que se merecen.   

 

¿Cómo se alinea la guía con la Agenda 2030 y la Convención de la ONU?

 

Desde el CERMI consideramos que existe una vinculación entre el sentido de los ODS y los propósitos de la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, CDPD. La discapacidad en los ODS de la Agenda 2030 se cita en 7 metas de 5 objetivos, en términos porcentuales el 4 por ciento del total de las metas de los ODS. A priori, una débil proporción si tenemos en cuenta que el 15 % de la población mundial vive una situación de discapacidad, por no hablar de la exclusión y desigualdad estructural que sigue situando a este grupo humano en la periferia con una merma significativa en el goce de los derechos humanos. Sin embargo, tenemos que dirigir una mirada holística a este Pacto mundial, porque la vida de las personas con discapacidad es una realidad poliédrica y su presencia está en todas las esferas, y es así como tenemos que comprender cada uno de los ODS. 

 

La Agenda 2030 nos compele a tomar conciencia de los efectos de la emergencia climática en nuestras vidas, de cómo la falta de democracia tiene repercusión directa en la igualdad, también de las personas con discapacidad, los conflictos bélicos generan discapacidad y dejan sin efecto cualquier derecho y un desarrollo sin justicia social las ubicará en un permanente apartamiento. 

 

Por ello, las personas con discapacidad han de aprovechar el arsenal que proporcionan los ODS, en conexión con la Convención, y la Convención en relación con los ODS, para transitar con firmeza por este sendero, porque servirán para que sociedades hostiles, reticentes y negativas a las personas con discapacidad sean hoy más inclusivas. Pero también las personas con discapacidad, sus familias y su movimiento social, han de asumir la responsabilidad que les incumbe como individuos y sociedad civil a la hora de velar por la paz, fortalecer la democracia y comprometerse con la sostenibilidad del planeta. Las mujeres y niñas con discapacidad, que representan numéricamente el 60 % de este grupo humano, viven esa doble exclusión por ser mujeres y por presentar una discapacidad, que aquí no solo se suma sino interseccionalmente se multiplica, distanciándolas de cualquier esfera de inclusión. 

 

¿Por qué es un formato guía?

 

El formato guía es el que mejor se presta para la cooperación asociativa, compartir conocimiento, práctica e innovación que son elementos básicos para producir resultados con mayor alcance, profundidad y sostenibilidad. Por otro lado, una guía resulta ser un formato más accesible a distintos públicos y no requiere un tipo de conocimiento muy especializado por parte de los lectores para poder aprovechar los conocimientos que ofrece.

 

Las guías que publica el CERMI suelen ser buenos vehículos para evidenciar la relación entre la promoción de los Derechos Humanos y la visión de su impacto integral. Son documentos ágiles y prácticos para señalar la promoción, la protección y el respeto de los derechos de las personas con discapacidad.

 

¿Cuál es su destino, distribución o uso?

 

En la medida en que la convergencia de lo ambiental y lo social debe impregnar todas las políticas públicas y las estrategias de los actores privados y civiles, el destino de la 'Guía sobre eco inclusión' es que se distribuya en todos aquellos ámbitos vinculados con el movimiento social de la discapacidad y en general en todos los que haya interés por los derechos, la inclusión y el bienestar sociales.